Leandro Ragusa: "el bandoneón tiene la ductilidad para ser parte de músicas de todo tipo"
27 de agosto de 2021
Leandro Ragusa, bandoneonista, compositor, director y uno de los referentes indiscutidos de nuestra música contemporánea presenta su nuevo álbum de estudio. Se llama El Aleph, volumen I y II, fue editado por Epsa Music y antes de su lanzamiento, que será el 3 de septiembre en todas las tiendas digitales de música, Quinto Elemento le preguntó de qué se trata este esperado trabajo discográfico.
-¿Qué travesía musical propones en tus flamantes discos? ¿Cuál fue la génesis de este logro?
-Me siento parte de una generación de compositores que se ha nutrido tanto como oyente como desde la interpretación de músicas de muy variadas índoles. Esto, inevitablemente, confluye en composiciones que no pertenecen puramente a ningún género. El bandoneón, si bien tradicionalmente se asocia con el Tango o el Folclore, tiene la ductilidad para ser parte de músicas de todo tipo. Es así que gracias a la beca otorgada por el Fondo Nacional de las Artes nace este álbum que incluye tanto estrategias compositivas como instrumentaciones sumamente eclécticas.
-Mencionar El Aleph nos remite al clásico cuento de Borges ¿Por qué elegiste titular así a tu trabajo discográfico?
-La elección del título es, efectivamente, un homenaje al homónimo cuento de Borges. La alegoría reside en que desde el bandoneón se logra acceder a un universo de músicas y sonoridades insospechadas.
-El último año y pico ha sido determinante para los artistas, mucho más para los músicos frente a la imposibilidad del vivo, de las giras, del contacto con el público ¿Cómo fue tu tránsito por este tiempo de pandemia?
-La pandemia fue y sigue siendo muy complicada para todos. En lo personal intenté capitalizar ese tiempo de introspección para dar forma y concretar el presente disco.
-Mencionás a Manolo Juárez como un impulsor de tu obra ¿Qué aprendiste de aquel músico tan trascendente y prolífico en su obra?
-La presencia de Manolo en mi formación fue fundamental. Fue un Maestro muy generoso y su amplitud musical me hizo entender la música como una sola, derribando toda barrera de estilos y géneros.
-Suelen existir mitos alrededor de la complejidad que tiene tocar el bandoneón ¿por qué elegiste ese instrumento? ¿qué te significa hacerlo?
-Es verdad que el bandoneón es un instrumento de una gran complejidad técnica. Un muy querido tío mío en mi infancia asistía a las reuniones familiares, que no eran pocas, con su bandoneón. Tocaba, como él mismo decía, "de oído" pero no había tango, zamba o paso doble que no que no supiera. Sin dudas mi elección se la debo a él. Tocar el bandoneón es vínculo con mi infancia.
-¿Cómo imaginás el día después de la pandemia, en el reencuentro con tus pares, con los escenarios?
-Imagino, felizmente, un estallido de nuevas músicas sonando en cada sala de conciertos y espacios culturales. Si algo bueno podría adjudicársele a este momento tan gris es que el tiempo en el encierro ha propiciado creación y estudio a todos los músicos.
Leandro Ragusa es uno de los referentes indiscutidos de nuestra música contemporánea. Aplaudido en Nueva York, Montreal, Buenos Aires y en los principales escenarios del mundo, el intérprete y compositor ofrece su nueva obra solista en la que encabeza una travesía musical exquisita, dividida en dos grandes volúmenes que tienen como gran protagonista al bandoneón. De esta manera, el instrumento se ubica como punto de encuentro, como un “Aleph” capaz de contener muchas otras músicas. El bandoneón convive así con la música electroacústica, el ensamble de vientos y la canción francesa, entre otros géneros.
El material editado por Epsa Music, cuenta con bandoneón, composición, arreglos y dirección del propio Ragusa y fue grabado en Nueva York (Rift Studios), Montreal (Oudin Records) y Estudios Deja Vu y Dr. F en Buenos Aires. Algunos de los músicos que lo acompañan son: Emiliano Messiez en piano, Gonzalo Braz (clarinete bajo), Marina Ruiz Matta (piano), Nili Grieco (flauta), Mael Oudin (contrabajo) y Paula Llan de Rosos (oboe), entre muchos otros. En palabras del artista: “El Aleph es mi álbum solista, consecuencia de más de una década de investigación y estudio, inspirado por mi gran maestro Manolo Juárez; impulsor de gran parte de mi obra.” Los registros han sido realizados hacia fines de 2019 y 2020 en Buenos Aires, Montreal y Nueva York, con la colaboración de distintos músicos de dichas ciudades. El disco cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes.