Melingo, gratis en el CCK
19 de septiembre de 2019
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El ciclo Universo Melingo: música, poesía y cine abre con un concierto en el que Melingo se presenta al frente de La Típica Melingo, orquesta arreglada y dirigida por el pianista Juan Pablo Gallardo e integrada por grandes solistas, como el guitarrista y ejecutante de serrucho Muhammad Habbibi, el contrabajista Patricio Cotella y el bandoneonista Matías Rubino. El programa incluye un repertorio que abarca desde canciones de Los Abuelos de la Nada, como “Chalaman” en formato orquestal, hasta estrenos como “Está vivo!”. El concierto cuenta con la participación especial de la cantante Isabel de Sebastián.
Las entradas son gratuitas y se podrán retirar personalmente a partir del martes 24 de septiembre, de 12 a 19, en Sarmiento 151, hasta agotar la capacidad de la sala (y hasta dos entradas por persona). También se podrán reservar a través de esta página. Las reservas deben retirarse desde el mismo martes, de 12 a 19, y hasta dos horas antes del espectáculo.
Acerca de Daniel Melingo
Daniel Melingo nació en Buenos Aires y su niñez transcurrió en los barrios de Hospital de Clínicas, Balvanera y Parque Patricios. Inicia a los quince años sus estudios musicales en el Conservatorio Nacional de Música “Carlos López Buchardo”, donde estudia guitarra clásica, piano con Renato Maioli y clarinete con Filotete Martorella.
En 1976 realiza estudios en el Conservatorio Municipal “Manuel de Falla” y en la Universidad Católica Argentina en la cátedra de Musicología, Etnomusicología y Composición, cursando armonía, composición e interpretación con Pompeyo Camps, electroacústica y análisis orquestal con José Maranzano, armonía serial con Francisco Kröpfl y música contemporánea con Rodolfo Arizaga (pionero en las Ondas Martenot).
A fines de 1979 viaja a Brasil, donde da inicio a su carrera profesional pasando a integrar temporalmente el grupo Agua, la banda de Milton Nascimento, figura fundamental de la música brasileña. Ya en Buenos Aires en 1980, integra el mítico sexteto de Los Abuelos de la Nada, donde tocaría el saxo, clarinete y guitarra junto a músicos como Miguel Abuelo, Andrés Calamaro, Cachorro López, Gustavo Bazterrica y Polo Corbella. En 1983 graba el disco Vasos y Besos, en el que uno de los temas es “Chalamán”, “genialidad hecha reggae marca Melingo”, según sus propios compañeros.
Fue el creador del Ring Club junto a Carlos Girado en 1974 y con Víctor Kesselman, Vivi Tellas, Miguel Zavaleta, Miguel Abuelo, Patricio Bisso, Carlos Morcillo, Nebur (Rubén Vásquez), Daniel Riga y Horacio Fontova creó el espectáculo Juicio Oral al Dr. Moreau (lease Moró), que contó en diciembre de 1981 con los incipientes Los Abuelos de la Nada (Cachorro López, Andrés Calamaro, Polo Corbella y Gustavo Bazterrica).
A fines de 1983 se alejó momentáneamente de Los Abuelos de la Nada para dedicarse a otros proyectos: uno de ellos fue la creación de Los Twist, con ritmos como twist, ska y rockabilly y letras irreverentes. Fundado en 1982 a raíz de una propuesta de Daniel Melingo en unión con Pipo Cipolatti, Los Twist también contó con Fabiana Cantilo, Gonzo Palacios, Cano, Rolo Rosini, Juana Molina e Hilda Lizarazu. De este período son sus conocidas canciones “Hulla hulla” y “Cleopatra (la reina del Twist)” y los álbumes La dicha en movimiento (1983), Cachetazo al vicio (1984), La máquina del tiempo (1985) y uno de remixes de “La dicha en movimiento” y doce temas inéditos reunidos en Explosivo 96 (1996).
Participa en 1983 de la grabación de Pubis angelical. En 1984 es invitado por Charly García a participar en la presentación de Yendo de la cama al living y Clics modernos, pasando a integrar su banda junto con Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería), Pablo Guyot (guitarra), Fabiana Cantilo (coros) y Fito Páez (teclados). Con el grupo graba el legendario álbum Piano Bar.
En 1986 viaja a España, donde colabora con los populares Los Toreros Muertos, armando simultáneamente Lions in Love, banda con la que grabó dos álbumes: Lions in love (1989) y Psicofonías (1992). Aprende el oficio de productor artístico de grabaciones en Londres y Madrid. Produce Fangoria (España), Big Bombo Mamma Willy Crook (España/Argentina), Los Toreros Muertos (España), La Lupita (México) y un remix de Los Rodríguez (España), además de los registros de Lions in Love.
En 1995 organiza una nueva formación de Lions in Love, integrada por Martín Aloe (bajo), Pablo Guadalupe (batería), Pablo Grinjot, Fabian Zilberman, Bebe Ferreyra, Ira Seagal (guitarra) y Sandra Baylac (coros). Edita su primer disco como solista, H2O, en 1995, con ritmos como el reggae y el funk inspirado en la tira El Eternauta. De esta placa, producida por Cachorro López, grabada en Buenos Aires y New York, con Andrés Calamaro, Pipo Cipolatti y Willy Crook como invitados, sobresalen el tema homónimo y “Viejo sol”, “Maldito policía”, “Alegría de vivir”, “Lejos” y “Fermín”. En 1996 crea junto a sus compañeros de ruta Patán Vidal, Juan Valentino, Fernando Lupano y Fernando Samalea el quinteto The Mask (La Máscara).
Ya afincado en Buenos Aires, en 1997, Melingo comienza a experimentar con el tango, incursionando en la dirección televisiva del programa Mala Yunta para la señal de cable Solo Tango, en el que sus invitados, músicos de rock, interpretan tangos. Su carrera continúa ya dedicado por completo al tango, musicalizando poemas de Enrique Cadícamo, Andrés Cepeda, Evaristo Carriego, Federico García Lorca, Celedonio Flores, Dante A. Linyera, Julián Centeya, Carlos de la Púa y Luis Alposta (con quien forma dupla autoral desde 1998 hasta la actualidad, con una veintena de tangos grabados y varios más por ser publicados), junto a poemas propios y de otros autores, como su compañera y madre de su hijo Félix, María Celeste Torre.
A partir del 2003 y de manera ininterrumpida realiza más de quinientos conciertos, tanto en Argentina como en el extranjero en más de ciento cincuenta ciudades de Europa y otros continentes.
Graba los álbumes Tangos bajos (1998), Ufa! (2001), Santa Milonga (2004, recopilación de Tangos bajos y Ufa! más dos temas nuevos) y Maldito tango (2007), estos dos últimos producidos y editados en Francia por el sello “Mañana” de Eduardo Makaroff (Gotan Project). En 2010 edita el notable disco Corazón y hueso. En este momento, está terminando de dar forma a la que será la tercera parte de la trilogía que comenzó con los discos Linyera (2013) y Anda (2017). Su nuevo CD se titula Oasis y saldrá en abril de 2020.
Sin dejar de lado su trayectoria musical, Melingo se involucró con el cine en varias oportunidades a lo largo de su carrera de cuarenta años, no solo con la interpretación de sus canciones dentro de los filmes sino también con bandas sonoras enteras de películas como compositor. También protagonizó Su realidad, de Mariano Galperín, y Una noche sin luna, de Germán Tejeira, y asumió roles secundarios en Lulú, de Luis Ortega, y en Campaña antiargentina, de Ale Parisow.
Acerca de Universo Melingo, por Rodolfo Palacios
“El final de una canción tiene que llamar a la otra, tienen que quedar bien el final de una con el comienzo de la que sigue. Y eso arma la secuencia atmosférica, orquestal, esos climas espectrales. Eso quizá pueda aplicarse a toda forma de arte. El diamante se pule con saliva”.
Daniel Melingo
El niño que escuchaba el ritmo incesante de las teclas de la máquina de escribir de su padre. O las historias orales de sus abuelos que lo llevaban a imaginar lugares que terminó por conocer muchos años después. El adolescente que descubre una visión del mundo en las clases del Conservatorio. El joven que sale a escena por las rutas y escenarios. El adulto que experimenta en su laboratorio, como si el sonido y el silencio fueran olores, colores y tuvieran textura. Las órbitas de su creatividad cósmica.
En la semana del Universo Melingo ocurrirá, aunque sea en el plano imaginario, lo que parecía imposible: se puede viajar en el tiempo. Y desfilarán todos los Melingo. Esos Melingos que forman uno solo, se superponen o se multiplican en el pasado, el presente y el futuro.
Como si ese niño siguiera espiando por la mirilla y viera lo que pasó con sus ancestros y al mismo tiempo lo que pasa hoy y seguirá pasando con el hombre que alinea sus planetas y usa todos sus recursos. Para cerrar el círculo. A enumerar: gestos, voces, muecas, experiencias, pensamientos, devenires, sueños, creencias, lecturas, visiones, para crear universos paralelos. El que compone, canta, dibuja, actúa, toca todos los instrumentos, escribe en sus cuadernos una bitácora de viaje, y todo con un destino espacial: la poesía en estado de ebullición.
Un destello o estallido que termina por desalambrar todo tipo de límite. Desde la música, el cine, el teatro, la literatura, la pintura y la imaginación. En un Olimpo donde todo es posible.
Así lo dice Lovecraft, uno de los autores favoritos de Melingo: “Los sabios interpretan los sueños, y los dioses se ríen”.
Todo eso se verá y oirá desde el sábado 28 de septiembre hasta el domingo 6 de octubre. Al mismo tiempo, Universo Melingo: una semana de música, poesía y cine será una oportunidad para que el espectador pueda adentrarse en la espera secreta del proceso creativo, como si vieran por un telescopio la esencia de un artista que está en pleno movimiento. Un viaje a la Luna, o mejor dicho a un Planeta llamado Melingo. Se abre una puerta. Están todos invitados.