Quinto Elemento

La artista fueguina Luisina Kippes presenta Modo Avión, una canción de desconexión


09 de marzo de 2022

Compartir esta nota en


En cuanto a su concepto, MODO AVIÓN es una canción de desconexión. Fue compuesta por la artista argentina en noviembre de 2019 cuando se preparaba para su primera gira por España. La canción sonó dentro de un repertorio creado y seleccionado para que sea oído desde el otro lado del mundo, y así fue: una impronta que llegó a ser recibida con una gran calidez y afecto por parte de pueblos portugueses y españoles. Cuando Luisina retornó a su país en marzo del 2020, el mundo empezaba a atravesar una pandemia que también llegó a Argentina, pudo vivirlo desde ambos lados del mundo.

"Compuse dicha canción antes de la pandemia sin saber que esto ocurriría: esta canción habla de la introspección, de desconectarnos para cumplir nuestros sueños y ser nosotros mismos. Como cuando subimos a un avión que no nos conectamos con ninguna red social, “nos aislamos del mundo externo, incluso de las noticias, estamos en nuestra propia plenitud. Hoy estamos pasando un trance mundial complicadísimo y no nos queda más que seguir reflexionando y escuchándonos."

La compositora se encontró ante un retorno totalmente introspectivo, porque todo lo vivido durante su gira y los nuevos conciertos en su país de origen, se encontraban suspendidos por la situación, entonces pensó en hacer un proyecto que haga que "MODO AVIÓN" circule y de la vuelta al mundo por otros lugares. Propuso a diferentes músicos, colegas y amigos, que hagan su propia versión y una vez sumadas todas las partes se lograría un abrazo colectivo, una manera de sanar los tiempos que corrían. Así fue que más de 20 artistas sumaron su versión. Ver video Modo Avión aquí

En marzo del 2021 la compositora creó arreglos para dicha canción y fue grabada en el estudio "Sonofera" por Daniel "Manzana" Ibarrart, con la participación de los músicos: Cecilia Segura (Clarinete), Josefina Ignisi (Guitarra eléctrica), Leonardo Del Carril (percusión), Luisina Kippes en voz y guitarra, Vanesa Espina (poesía y voz) y Maria Elena Moller (Voz en off azafata). 

ACERCA DE LUISINA KIPPES (USHUAIA/1989)
Nació en la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego. Desde temprana edad comenzó a estudiar guitarra y presentarse en festivales y eventos en su ciudad natal. Realizó sus estudios universitarios en la Facultad de Bellas Artes en la ciudad de La Plata, las carreras de Licenciatura y Profesorado en Composición. Con dos discos grabados: Tierra (2010) con el dúo Huella sobre huella, Trasluz (2020) disco solista, y varios sencillos como “Gris” (2018), “Suspensiva” (2021), también compuso piezas musicales para productoras de otros países, músicas para cortometrajes, entre ellos “Antes de Partir” (2019) y “Malonia” (2017), “Un norte” (2020), “Un diluvio” (2019), "Jalapeño" (2021).
En el año 2017 comenzó con “Canciones de regalo” un proyecto que consiste en componer canciones personalizadas a pedido por alguien, para ser regaladas a alguien especial. Este proyecto es muy importante para la artista y cobró mucha resonancia en el contexto de la pandemia por la necesidad de afecto, arte y cercanía. Para más detalles Ver aquí
Luisina se presentó en grandes escenarios como La Feria Internacional del Libro, Festival Nacional de la Noche Más Larga, participó junto con la artista reconocida Cecilia Zabala y ha tomado clases de composición con Federico Jusid, Guillermo Guareschi, Ernesto Snajer y Mateo Nahúm (en Yamaha Music School de Valencia). 
La artista actualmente reside en la ciudad de Madrid (España) donde realiza sus estudios de Máster en Composición en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y continúa ejerciendo la docencia musical, realizando conciertos y componiendo para proyectos audiovisuales.

SOBRE EL PROCESO CREATIVO Y EL PAISAJE DE LA INFANCIA
"Las montañas y el mar de Ushuaia siempre fueron como un templo en mi imaginación. Al principio veía fotos de esa pequeña ciudad con pocos habitantes y siempre llena de nieve, en ese momento, era como la imagen de un pequeño mundo de película, lejano a mí, un lugar que hasta parecía abstracto. Luego, cuando fui creciendo, fui entendiendo que yo pertenecía a ese pequeño mundo de película y sabía que después de las montañas había mucho más, después del mar, había mucho más, sabía que ese templo era mi sostén, mi permanencia y protección”

Compartir esta nota en